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PEDRO MARTÍNEZ: PASIÓN POR EL PERIODISMO, COMPROMISO POLÍTICO, FRATERNIDAD ENTRE PUEBLOS.

  • Foto del escritor: Luis Onofa
    Luis Onofa
  • 10 dic 2024
  • 3 Min. de lectura
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Pedro Martínez, periodista radial cubano, se ha ido. Pedro tenía varias pasiones: la Revolución; la radio como medio periodístico, y relaciones fraternas de su país con Ecuador.


Su herencia es prolífica en todos esos campos. En un tiempo en que el periodismo está golpeado por el trajin al que lo someten el capital y el mercado y se enfrasca en un estéril debate de postulados liberales como la independencia y la imparcialidad, Pedro Martínez era de aquellos periodistas que postulaba ser objetivos pero no imparciales. Pedro tomó partido por un hecho objetivo, la Revolución.


Pero no por ello dejó de valorar el profesionalismo como condición indispensable para generar productos de alta calidad. Quizá por ello mismo y por los desafíos y exigencias que planteaba la Revolución valoró esa cualidad, y pocos años antes de su partida, les recomendó a las nuevas generaciones de periodistas pasión, conocimiento profundo de los hechos y temas, y rigor en la técnica:


“A los jóvenes radialistas les recomiendo trabajar con amor y profesionalidad. Amar la radio y trabajar con intensidad. Estudiar y saber utilizar las fuentes. Ser sujeto y no objeto de las nuevas tecnologías. Adentrarse en el mundo de los sonidos. Ser exigentes con la calidad de los audios. Amar y saber utilizar la música, que según José Martí es la forma más bella de lo bello. Perfeccionar la dicción. Y aprender cada día a lo largo de la vida. Cada joven radialista debe tener su propio estilo y ser intransigente con la chapucería. Los oyentes merecen lo mejor de nosotros.”


Esa síntesis, producto de su dilatado trajin por los medios cubanos, principalmente Radio Habana Cuba (de la que llegó a ser director), y por las aulas universitarias, como profesor, la hizo a pedido de un medio digital de su país, en 2021, a propósito del aniversario 99 del aparecimiento de la radio en su país. A la vuelta de pocos años, esas recomendaciones se convirtieron en su testamento.


En su trayecto profesional ganó el Premio Nacional de Periodismo de su país y también otros en el campo específico de la radio.


Era un periodista de la Revolución a tiempo completo. Apenas aterrizaba en Quito comenzaba a cumplir una agenda de entrevistas en medios y de reuniones de solidaridad con Cuba, que se extendía hasta la víspera de su retorno a La Habana. No importaba si era día o noche, o si estaba en una cobertura propiamente dicha o en una reunión informal con colegas o compañeros de causa.


Era un agudo periodista. Encontraba un tema y un entrevistado en el lugar en el que muchos no lo habían advertido. Él, que había recorrido el mundo en coberturas de grandes acontecimientos y en visitas oficiales del líder de la Revolución, Fidel Castro, entrevistaba por igual a personas anónimas, a las que sumaba como actores de apoyo a la causa de la Revolución.


Cuando aconseja estudiar y aprender cada día, postula rigor y profundidad en los contenidos periodísticos, en lugar de la vaciedad de lo corto que pregonan los instructores de medios digitales para alinearse con audiencias que por la esclavitud a las que les someten el mercado y el capital, carecen de tiempo para reflexionar.


Pedro era un apasionado promotor de las relaciones de Cuba con Ecuador. Por esa vocación conoció todo el Ecuador. Antes de incursionar en el periodismo, campo en el que se quedó para siempre, Pedro Martínez había vivido en Quito un corto tiempo como miembro de la representación diplomática cubana a comienzos de la Revolución. Había formado parte de la delegación de su país que buscó evitar que Ecuador rompiera relaciones diplomáticas con Cuba. Esa ruptura finalmente se dio por las presiones de Washington, pese a las promesas en contrario que había hecho el presidente de ecuatoriano Carlos Julio Arosemena Monroy.


Hablaba con pasión de los vínculos entre José Martí y Eloy Alfaro y era un promotor permanente de la memoria del ecuatoriano Carlos Bastidas, último periodista asesinado por la dictadura de Fulgencio Batista, antes del triunfo de la Revolución. Era un admirador de la obra de Oswaldo Guayasamín, de quien se ufanaba haberle abierto el camino para que pintara su serie de retratos del comandante Fidel Castro.


Pedro Martínez deja como herencia la pasión por el periodismo, compromiso social y fraternidad entre el pueblo cubano y el ecuatoriano.

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